Nuestras ostras se crían y seleccionan en Marennes-Oléron (Francia), cuna de la ostra desde la época romana. Las grandes familias del imperio les hacían venir con gran gasto para sus banquetes.
Al igual que el vino, las ostras adquieren propiedades únicas según el entorno en el que se cultivan: su propio «merroir» único. Amélie tiene su propio “merroir” exclusivo.
Bourcefranc-le-Chapus, un pueblo ostricultor
La actividad económica siempre ha estado orientada hacia el mar, antiguamente sus habitantes eran salineros y pescadores, hoy son marineros y ostricultores.
Pointe du Chapus tiene un puerto utilizado por los criadores de ostras y una pequeña flota de arrastreros.
La antigua estación de la SNCF (restaurada en 2004) da testimonio de la importancia del cultivo de ostras y del tráfico turístico que experimentó hasta 1970 con la línea París Austerlitz-Le Chapus. Existía una segunda estación en el centro del pueblo ya que la cantidad de ostras a embarcar era grande, especialmente durante las fiestas de fin de año. Hoy, los camiones reemplazan al tren por la plataforma de tránsito de productos del mar inaugurada en 2003.
Bourcefranc-Le Chapus es el primer puerto de ostras de la cuenca de Marennes-Oléron, por el número de ostricultores marítimos registrados. Por eso, la ciudad cuenta con un establecimiento de renombre, el Lycée Aquacole de la Mer et du Littoral, donde sus alumnos pueden preparar los tradicionales bachilleratos pero sobre todo los certificados de técnicos relacionados con las actividades marítimas.