Para los apasionados del marisco las ostras son, sin duda, uno de los mejores manjares que nos proporciona el mar. Pero, al mismo tiempo, también es uno de los más ‘problemáticos’ a la hora de servir en la mesa. ¿La razón? La eterna pelea por abrirlas correctamente. Y es que, cuanto más frescas sean más se ‘resisten’. Estos son algunos consejos para no llevarse un dedo en el intento.
«Para abrir una ostra es muy fácil, hay que llevar la parte hueca hacia abajo, la parte plana hacia arriba y la punta de la ostra hacia uno mismo. Tomas tu cuchillo con el pulgar bien por el extremo de la hoja porque si resbalas puedes lastimarte la otra mano y luego tomas la sección entre las dos conchas. No es el cuchillo el que trabaja sino la mano que sujeta la ostra, que viene a hacer pequeños movimientos de derecha a izquierda. Y una vez insertado el cuchillo, solo cortamos el músculo.. y aquí está! ya tenemos el manto de la ostra que ha quedado sobre las ostra y podemos ver claramente dónde está el músculo de la ostra que debemos seccionar.»